En un mundo donde el ritmo acelerado y la instantaneidad son la norma, hay algo mágico en detenerse y apreciar el valor de las cosas hechas con pausa, poniéndole cariño y cuidando cada detalle. De eso sabemos mucho en Santagloria porque lo practicamos cada día. Los que rendimos culto al pan vivimos esa deliciosa rutina diaria, como manda la tradición. Y es que este alimento básico que ha acompañado a la humanidad a lo largo de los siglos, es mucho más que una simple fuente de nutrición. Cuando se elabora diariamente, se convierte en una expresión de arte culinario, en una experiencia sensorial única y en una conexión con las raíces más profundas de la gastronomía.